Tener doble nacionalidad es la condición de ser ciudadano de dos naciones. También debemos saber que el derecho internacional no prohíbe que una persona tenga doble o múltiple nacionalidad, pero algunos países consideran indeseable la doble o múltiple nacionalidad, por lo que adoptan medidas legales para evitarlo, que consisten sobre todo en la pérdida automática de una nacionalidad cuando otra se adquiere de forma voluntaria.
Una persona que posee dos nacionalidades tiene como consecuencia la existencia de un doble vínculo jurídico. En otras palabras, una persona con doble nacionalidad es nacional de dos países y goza de la condición jurídica plena de ambos Estados.
Sin embargo, esto no significa que estas personas puedan estar sujetas simultáneamente a las leyes de ambos países, sino que se articulan medios para «dar preferencia a una de las nacionalidades» y así tener un punto de referencia en relación con las relaciones ciudadano-estado.
Para ello, la mayoría de los acuerdos sobre doble nacionalidad toman como referencia el domicilio, de tal forma que los ciudadanos con doble nacionalidad no estarán constantemente sujetos a ambas legislaciones, sino sólo a la legislación del país en el que hayan establecido su residencia. Esto se aplica a cuestiones como la concesión de pasaportes, la protección diplomática, el ejercicio de los derechos civiles y políticos, los derechos laborales y de seguridad social y las obligaciones militares.